Muere el copresidente de Freixenet, Josep Ferrer Sala, a los 99 años
Ferrer nació el 19 de octubre de 1925 en Sant Sadurní d'Anoia, ciudad catalana conocida como la capital del cava. Sus padres, Pedro Ferrer Bosch y Dolors Sala Vivé, habían fundado Freixenet 11 años antes.
Tenía sólo 10 años cuando estalló la Guerra Civil Española y, lamentablemente, su padre y su hermano mayor murieron en el conflicto.
La madre de Ferrer y sus tres hermanas -Pilar, Carmen y Dolores Ferrer- consiguieron reactivar la empresa tras el final de la guerra. Se incorporó a la empresa familiar en 1947 y rápidamente se convirtió en parte integral del negocio.
En 1959, Ferrer asumió la dirección de Freixenet y fue nombrado presidente en 1978. Vivió una época dorada para la empresa, cuando las ventas en el mercado español y en todo el mundo aumentaban rápidamente.
Ferrer acabó convirtiendo a Freixenet en la marca de cava más vendida del mundo. Amplió la capacidad de la bodega Sant Sadurní, modernizó las instalaciones de elaboración y lideró el lanzamiento de la mítica etiqueta Cordón Negro.
Su enfoque publicitario innovador apuntaló el éxito de la marca, ya que Freixenet logró atraer a todo tipo de celebridades conocidas para aparecer en los anuncios de las “Burbujas Freixenet”.
Freixenet también abrió bodegas en Francia, CaliforniaMéxico, Argentina y Australia durante el mandato de Ferrer, además de filiales comerciales en todo el mundo.
Se retiró de las operaciones diarias de la empresa en 1999, pero fue nombrado copresidente honorario. Ferrer también fundó junto a sus hermanas el “Junto de Sabiduría” de Freixenet. Fue asesor de confianza de su sobrino José Luis Bonet, que asumió la dirección, y fue también un célebre embajador de la empresa y de toda la industria del cava.
En 2018, el gigante alemán de bebidas Henkell & Co. adquirió una participación del 50,67% en Freixenet por 220 millones de euros, y Ferrer jugó un papel importante en su alianza. La empresa pasó a llamarse Henkell Freixenet y se convirtió en el mayor productor de vino espumoso del mundo.
Ferrer fue también un gran valedor de las artes y el deporte, patrocinando diversos teatros y museos, una orquesta, una escuela de música y el club de hockey CE Noia Freixenet.
Freixenet dijo que lamenta profundamente su pérdida y extiende su más sentido pésame a la familia desde su cariño y admiración. Todos los que tuvimos la suerte de trabajar con él hoy lamentamos su ausencia, pero estamos muy orgullosos del legado que nos dejó”.
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