La semana pasada, la Organización Internacional del Café pidió a la Unión Europea que retrase la implementación de su nueva ley que exige que todos los bienes importados, como el café, demuestren que no están vinculados a tierras deforestadas. Muchos en la industria argumentan que no ha habido tiempo suficiente para la adopción generalizada de las medidas necesarias para cumplir con el nuevo estatuto y que, en última instancia, perjudicarían a los pequeños agricultores, ya que la ley entrará en vigor el 30 de diciembre de este año. En su solicitud, la ICO no fijó un calendario específico para la ley, pero dada la creciente presión, la UE parece dispuesta a retrasarla. La Comisión Europea ha propuesto retrasar la implementación de la nueva ley doce meses completos y, en algunos casos, incluso más.
Como informa Bloomberg, la comisión afirma que el propósito general de la ley no ha cambiado, pero aun así reconoció que la implementación acelerada de la ley tendría en última instancia un impacto negativo en los productores globales. "La Comisión reconoce que varios socios globales han expresado repetidamente preocupaciones sobre su nivel de preparación tres meses antes de la fecha de implementación prevista", dijo la Comisión Europea. "El estado de los preparativos entre los involucrados en Europa también es inconsistente".
Si el Parlamento Europeo y sus estados miembros están de acuerdo, la nueva fecha de inicio propuesta para la ley para empresas más grandes se retrasaría hasta el 30 de diciembre de 2025. La propuesta también prevé una exención para las empresas más pequeñas, permitiendo la adopción hasta el 30 de junio de 2026.
Muchos en la industria del café han elogiado la propuesta, calificándola de “gran alivio”. Sin embargo, grupos ecologistas como Greenpeace EU expresaron inequívocamente su decepción con la propuesta. Su director de política forestal, Sébastien Risso, afirmó que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, bien podría haber empuñado ella misma la motosierra" y que "la gente en Europa no quiere productos de la deforestación en los lineales de sus supermercados, pero eso es exactamente lo que este retraso dará a ellos."
La reacción a la propuesta refleja la complejidad de la situación. Se necesitan medidas urgentes para combatir el cambio climático y la UE, como organismo gubernamental importante, puede marcar la diferencia. Pero, como muestra la ley, también hubo que tomar medidas para garantizar que los más vulnerables no fueran los más afectados. Un agricultor en Uganda, por ejemplo, podría no participar en la deforestación, pero si no pudiera proporcionar pruebas, igualmente sufriría la misma prohibición que aquellos que la ley busca prohibir. No hay una respuesta correcta, al menos no todavía, pero el cambio, si bien no es ideal, puede ayudar a mitigar el daño colateral de una ley bien intencionada.
Zac Cadwalader es editor en jefe de Sprudge Media Network y redactor con sede en Dallas. Lea más sobre Zac Cadwalader en Sprudge.
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